Foto: Berndt Klyvare
TARDE EN LA TIERRA
(1932)
CANCIÓN DEL
BARQUERO (1941)
NON SERVIAM (1945)
STROUNTES (1955)
GUIA PARA EL AVERNO
(1967)
EUFORIA
ESTÁS sentado en el jardín, solo, con tu cuaderno de notas, un bocadillo,
una botella y la pipa.
Es de noche, pero es tan grande la calma que la vela arde sin flamear,
derrama su luz sobre los toscos tablones de la mesa
y brilla en la botella y en el vaso.
Te tomas un trago, un bocado, llenas la pipa y la enciendes.
Escribes una línea o dos y te tomas un descanso y contemplas
la franja del arrebol vespertino
en su lento camino hacia el arrebol mattino
el mar de perifollos, con su espumeante blanco verdoso en la dudosa luz de
la noche estival,
ni una mariposa en torno a la luz, pero sí coros de mosquitos en el roble,
las hojas completamente inmóviles contra el cielo... Y el álamo temblón que
cruje en la calma:
En torno a ti rebosa la naturaleza de amor y muerte.
Como si fuese la última noche, la víspera de un largo viaje:
Con el billete en el bolsillo y por fin hechas las maletas,
uno puede sentarse y sentir la presencia de países lejanos,
¡sentir cómo todo está en todo, al mismo tiempo su fin y su principio,
sentir que aquí y ahora están tanto la partida como el regreso.
Sentir cómo la vida y la muerte son tan fuertes como el vino dentro de uno!
Sí, hacerse uno con la noche, uno consigo mismo, con la llama de la vela
que me mira a los ojos en calma, inescrutable y en calma,
hacerse uno el álamo temblón que palpita y susurra,
uno con las bandadas de flores que se asoman desde la oscuridad y escuchan
algo que tenía en la punta de la lengua pero que munca logré decir,
algo que nunca quise traicionar aunque hubiese podido.
¡Y dentro de mí burbujea la más pura felicidad!
Y la llama asciende... Es como si las flores se fuesen acercando,
se fuesen acercando más y más a la luz en luminosos puntos de arcoiris.
El álamo temblón se estremece rumoroso, el arrebol vespertino se aleja
lentamente
y todo lo que era indecible y lejano es indecible y próximo.
Yo canto lo único que concilia
lo único práctico, para todos igual.
Gunnar Ekelöf: Poemas. Versión de Francisco J. Uriz. Plaza & Janes, Barcelona, 1981, p. 109-[110]
Some of the most appreciated poems by Gunnar Ekelöf on different languages.